El pasado miércoles 13 de julio un emblema de la electrónica internacional, Eric Prydz, visitó la ciudad condal. Sin duda uno de los mayores reclamos de esta nueva edición de #WEDJS por ser quizá el artista más afín a la atmósfera de club que visitarán OPIUM Barcelona.
La noche empezó con el warm up de Danny Cardenas que se encontró con la pista llena una vez abrieron el espacio: todo el mundo quería encontrar el mejor sitio para cuando diera comienzo el set del sueco. Una mezcla entre el house más clásico -'Gypsy Woman' de Crystal Waters-, club-garage con pizcas future house invadieron la pista. Finalmente temas deep house -como un remix al 'Shades Of Grey'- y tropical house dieron paso a las 2 de la madrugada a Frank Caro, que con puntualidad británica se puso 30 minutillos a los platos con sonidos deep, tech house made in Ibiza y garage londinense hasta que Eric Prydz asomó la gorra por la cabina y el público enloqueció.
Todo empezó como ya es habitual en los últimos sets del sueco, con la intro que por internet se la denomina 'Marquee Las Vegas Intro ID'. Prydz preparó un set mezclando lo más emblemático de su carrera, temas de su último álbum, algunas IDs -como la que presentó en el EDC UK 2016- y la selección musical de Cirez D. Todo transicionado lentamente, como si de una novela musical que va pasando por nuestros oídos se tratara.
La gran parte del público -almenos la que se posaba más cerca de la cabina- conocía las melodías y progresiones de gran parte de los temas que iban sonando uno a uno. Temas clásicos de PRYDA como 'Muranyi' o 'RYMD' sonaban mientras los asistentes entonaban las notas. Lo mismo pasaba con los temas de Opus (2016), el último álbum del sueco. Canciones como 'Black Dyce' o 'Collider' sonaron para deleite del público, aunque ninguna de estas surgió el mismo impacto en la sala que el 'Opus' que todo el mundo esperaba.
Cuando Eric se vestía de Cirez D, sin embargo, la atmósfera que se respiraba cambiaba: un ambiente más calmado nos rodeaba con un techno suave alejado de sus melodías progresivas embriagadoras que interrumpía un ritmo al que el público se había acostumbrado.
Como punto negativo cabe destacar la sensación de una falta de conexión entre Eric y el público: fue difícil ver al sueco mirando al público, focalizado en los Pioneer como si de un novel ante su primer set se tratara. Ese vínculo inexistente que creo que no le permitió darse cuenta de que la gente prefería a Prydz antes que a Cirez D. Pero esto ya supongo que es buscarle tres pelos al gato.
Sin duda una tremenda noche que irrepetible o no -todo depende de Frank Caro en su preparación de #WEDJS2017-. Hoy toca DJ Snake, veremos qué nos obsequiará el parisino.
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